“Oye, y por qué no…nos reunimos”
La política tiene unos giros inesperados. Y, claro, son más notorios cuando los líderes son populares. Me referiré a dos en particular: el caso del Rey, que como ustedes saben es muy popular en España y en el resto del mundo. Quizá con la Reyna de Inglaterra las celebridades, de esos linajes que en Europa siguen vivos, con mayor popularidad y no solamente me refiero al “jet set” que cobija y mantiene vivas, desde hace mucho tiempo, a las coronas; sino a la influencia política y en muchos órdenes. La otra figura pública y popular es Hugo Chávez, el carismático presidente de Venezuela, que con su aire caribeño y del llano cautiva multitudes hasta la pasión, sino recuerden las imágenes que se vieron en Manabí, y los rostros de muchos pobladores que lanzaron vivas al mandatario como si estuviera en casa. Varias veces debió él mismo pedir que también aclamaran a Correa, su anfitrión y aliado.
No, no me he salido del tema central que quiero abordar, por el contrario es que los escenarios son válidos para efectuar una relación necesaria: Pero, se preguntarán que relación pueda haber entre la realeza europea y un presidente caribeño, ninguna claro. Pero cuando ese presidente hace alarde de fortaleza, y esa fortaleza la sustenta en las enormes reservas de su país se empiezan a entender los comportamientos: como ejemplos ha dicho en Manabí, que las reservas petroleras de Venezuela serían para 400 años, así como las de hierro serían las segundas en América y que cuenta con un plan de desarrollo que supera cualquiera de las expectativas de los países en desarrollo. Eso incluye la colocación en el espacio de un satélite de telecomunicaciones. ¡Caramba!, con semejantes argumentos uno entiende por qué el Rey que hace unos meses le mandó a callar en la cumbre de mandatarios; ahora le invite a dialogar.
Hay interpretaciones posibles a esos nuevos escenarios: Hay un Rey, su administrador Zapatero y sus súbditos que afrontan una crisis en Europa y que no la han querido reconocer todavía. Así que requieren aliados y mercados. Congelar las relaciones cara a cara podrá aguatarla un Rey, pero relaciones comerciales y de negocios nadie lo puede resistir. Eso del otro lado del océano. De este lado Chávez tampoco es una perita de dulce para sus gobernados. El no a sus reformas le devolvió la parsimonia y mesura que debía conservar siempre y no llenarse de vanidad y egolatría. Un no mayoritario le mostró el panorama tal cual es y no aquel avatar construido en su imaginación perturbada por la acumulación del poder. Con la necesidad de recuperar la popularidad perdida, y si es cierto, también con la urgencia de salir de un caos promovido por la desconfianza de una oposición siempre presente y los excesos de los que envanecidos por la influencia de los discursos populistas se creen con derecho de apropiación indebida de los bienes de los otros, y han convertido a caracas en una ciudad sin norte, de alto riesgo y con indicadores delictivos en ascenso.
“Oye, por qué no…nos reunimos”, con ironía titula Yahoo noticias, y que desde luego la cita se parece tanto a un clamor de las partes por alianzas que les urgen como estrategias de supervivencia.
