Cinco semanas para salir de “Montecrisis”
La interpretación de Cecilio Moreno Mendoza, el periodista de Vistazo que intuyó los desenlaces que hoy vive la Asamblea Constituyente al titular su reportaje publicado, en el último número de la revista: “Motecrisis”, refleja que las acciones de los asambleístas, incluido su presidente no le fueron indiferentes a la opinión pública.
También fueron notorios casa adentro, cuando se conoce, ahora, por la asambleísta Mónica Chuji, que las últimas ausencias de Alberto Acosta hacían presumir que algo andaba mal.
Según el propio, Acosta, lo que estuvo mal, y muy mal, fue la imposición de cinco semanas y ahora menos para concluir un trabajo a una Asamblea que la redacción de 50 artículos ya le había tomado medio año. Pero ¿en realidad, fue el inevitable decurso del tiempo el que preocupaba? tanto al Presidente Correa apurado por un articulado que posibilitaría su reelección inmediata y la ejecución de sus urgencias en proyectos, como el de reactivación agrícola, mediante una regla de subsidios que solamente él las comprende; pues se trata de entregar, en el mejor de los casos 80 dólares a agricultores pobres con inversiones de 240 dólares, y una reducción gradual del subsidio conforme la inversión del cultivador del agro se incrementa, esto es, diminuyen los incentivos mientras mayor es la inversión. ¡Qué motivadora resulta la demagogia! verdad. Y, es más, manteniendo desmotivados a la mayoría de agricultores medios con inversiones, que resultarían rentables, superiores a los 5, 6 o 7 mil dólares (la inversión media exigida para inversiones en Ecuador). Claro el Economista del Siglo XXI, resulta que retoma, en esa escala de menos a más, inventada por él, los subsidios para los grandes importadores de fertilizantes. Eso sí, la urgencia de la crisis de alimentos es tan importante y urgente, que el régimen hasta se da el lujo de advertir que si no hay reducción de precios de los alimentos hasta diciembre; les retira el subsidio en enero. Bajo esta amenaza uno se pregunta, pero hay o no hay crisis. Esta regla de Economía aplicada a la realidad que desconocen sus asesores en agricultura rural y marginal quiere decir que: un agricultor que siembra papas o maíz (los dos cultivos tradicionales) debe bajar el costo del producto antes de que su plantación empiece a brotar en las sementeras y aún antes de la primera deshierba.
Y es que, el Socialismo del siglo XXI concibe las acciones de gobierno, a una velocidad de vértigo, como las ofertas demagógicas de cualquier régimen populista. Como un día se vendió a los ciudadanos la oferta de una Asamblea que cambiaría todos los males de los desgobiernos que le precedieron, y se creara el imaginario de que todo paso lento es retorno al pasado. Criticaba a sus ministros por lentos, a sus subsecretarios de lentitud. Esta, entre otras manías, de presumir de su eficiencia en interminables horas de vigilia contribuyó por agotarle e incrementar su ansiedad, insomnio y desvarío. No hay mejor consejera que la almohada, y ese adagio es válido, ahora en que una situación de crisis demuestra que también hay que detenerse a pensar y reflexionar, y si hay que retroceder, hay que hacerlo, para retomar la marcha y poder avanzar un poco más.
