La asignación eficiente de los recursos escasos
Las economías solidarias solamente funcionan en situaciones extremas.
Al escuchar a Gonzalo Vásquez, profesor de la Universidad Nacional General Sarmiento, de Argentina, uno tiene la impresión de regresar a los días difíciles, en los cuales colocaron una banca en crisis y los sistemas de regulaciones corruptos de los gobiernos de Quito y Buenos Aires, y que marcaron el descalabro de las economías, incremento de los cinturones de pobreza en Ecuador y Argentina.
También uno se siente inmerso en el engaño cuando escucha que la categoría Economía social y solidaria es un concepto en construcción, a pesar de tener 150 años de reflexiones teóricas.
Pero este no es el caso de Gonzalo Vásquez, quien llegó al foro de Pensamiento Social Latinoamericano para hablar de la construcción de reflexión que siguió y acompañó el proceso argentino, de reacción a la crisis. Habló del trueque, que fue definido por Vázquez, como una suerte de microemprendimientos, cooperativos, naturales, algo que apunta solo a los más pobres.
Pero, la otra economía es posible, aquella que se sustenta en “la asignación eficiente de recursos escasos”. Planteada como alternativa a lo que, un sector de pensadores sociales, rechaza de la economía capitalista a la que responsabilizan de la desigualdad social estructural, produce y reproduce sociabilidad empobrecida, individualista, competitiva y riesgo ecológico.
Vásquez, considera sólo posible si el derecho a la vida se antepone a los otros derechos, como el de la propiedad privada, por ejemplo. Esto ubica a las economías sociales y solidarias en posición extrema, y posible solamente en situaciones extremas y emergentes; en una lucha cultural y política en la búsqueda de mayor democratización de la economía.
A los Estados les queda alguna responsabilidad, al parecer también dependerían de las presiones populares de los movimientos sociales. La estrategia en ciernes, según Vásquez: intercambio de experiencias desarrolladas en las situaciones extremas que llevaron al trueque argentino y ecuatoriano; los movimientos sin tierra de Brasil, de las empresas recuperadas por obreros argentinos, jerarquía de los derechos: en el orden de a la vida, al trabajo, a la propiedad. Sin duda, un tema complejo y solo posible desde el marco de reflexión de los pensadores, como ellos se denominan, antisistémicos. –Wilson Gárate-